lunes, 9 de noviembre de 2009

¿Quién tiene más derechos?

En el estadio de Ríver Plate y en el Club Municipalidad se llevan a cabo recitales de rock. Según dicen los periodistas que se ocupan de ese género, la música no puede ser escuchada sino a altos volúmenes. Ahora bien: los que vivimos en las cercanías de esos clubes, debemos soportar sus efectos desde antes del recital y durante lo que el mismo dure.
Para que no se piense que exagero, pondré un ejemplo que me toca de cerca. Vivo en el séptimo piso de un edificio de once, que está a unas 6 cuadras de Muni y a 12 o más de River. El frente del mismo se orienta hacia los clubes nombrados. En este fin de semana y el anterior, las pruebas de sonido efectuadas a la tarde hacían vibrar los vidrios y los enseres ubicados sobre los muebles y repisas. La parte "melódica" (es un decir) no se alcanza a oír, pero la rítmica es la que se propaga de esa forma brutal.
Cuando hay recitales con gente en el campo y la gente salta, mi edificio oscila. Me dicen que es debido a la constitución de los suelos (de relleno) sobre los cuales han sido construidas las canchas, por lo que los saltos de la multitud producen vibraciones sobre las napas freáticas y originan oscilaciones en los edificios circundantes.
La primera vez que me ocurrió esto, empecé a sentirme mareado y a ver cómo pendulaban los objetos colgados como artefactos de luz y otros. En un primer momento me asusté pensando que estaba sufriendo algún tipo de ataque. Luego, al ver que oscilaban los objetos suspendidos, creí que se trataba de un terremoto. Después me enteré de la causa real: los recitales.
Hace un rato, en el programa "¿Cuál es?" de la Rock and Pop, un tonto acaba de quejarse por una denuncia efectuada por vecinos del barrio River, diciendo que "por la queja de uno se perjudican multitudes"...¿Tiene razón este señor? ¿Quién tiene más derechos, los vecinos que VIVEN en la zona o los que están de paso por ella a lo sumo por dos horas?

viernes, 6 de noviembre de 2009

Falucho

Con Félix Luna se pierde no sólo un investigador y un divulgador constante de la historia argentina. También un buen poeta, el que más y mejor puso textos a las excelentes melodías de Ariel Ramírez.Foto tomada del diario Página 12.
Para subsanar algún error y alguna omisión de los obituarios publicados y multiplicados por los medios, señalo que Luna no hizo los textos de la Misa Criolla sino los de la Navidad Nuestra, que ocupaba el Lado B del disco.
Los textos litúrgicos de la Misa fueron elaborados por los sacerdotes Alberto Catena, Alejandro Mayol y José Gabriel Segade. Este último también dirigió el coro.
Lo que omitieron decir las crónicas es que Luna fue también director de la revista "Folklore", cargo que ejerció desde julio de 1965 a marzo de 1969.