domingo, 30 de enero de 2011

Pobre Juan, sombra del monte...

Sábado 29 de enero. Hora: más o menos las 23.00 Lugar: Café Vinilo. Acaba de tocar el trío de Andrés Pilar (piano), Ramiro Gallo (violín) y Ernesto Méndez (guitarra). Tres músicos de la ostia. Un recital enteramente instrumental, con temas desconocidos o casi. Ramiro tiene 44, Ernesto 42, Pilar no supera los 25 años. Es alumno de Hilda Herrera, quien está en la sala. Al concluir el espectáculo, una muchacha de unos 30 años, desde la mesa de al lado pregunta "¿Quién es Hilda Herrera?" Le respondo: "Una gran pianista y compositora. ¿Conocés la Zamba del chaguanco?" Ante su gesto de no saber, le canto los primeros versos.
"Hachan calientes los bombos picando la selva turbia..."
Vuelve a apretar los labios adelantando el mentón. Nueva pregunta. "¿Y quién la cantaba?". Ya sin poder disimular mi molestia, le digo: "Y, de Mercedes Sosa para abajo, medio mundo"...
"¡Ah, no la conocía!" Mutis por el foro. Telón.

viernes, 28 de enero de 2011

COSQUIN 2011

Viernes, 28 de enero de 2011

MUSICA › JUAN FALU, RALY BARRIONUEVO, SUNA ROCHA Y UNA FLAUTISTA SORPRENDENTE, CARLA GUZMAN

La sexta luna estuvo entre las mejores
Con una lógica interna que fundió música, poesía, compromiso y diversidad, la plaza Próspero Molina abrió con el homenaje a los poetas,en el que Estela Carlotto abrazó a los vates del encuentro, Ernesto Cardenal entre ellos.


Por Cristian Vitale (ÉNFASIS MÍOS)

Desde Cosquín

Cosquín luna 6. El silencio debería cortarse con un cuchillo en la plaza. Un guitarrista, Juan Falú, que ha logrado tras años de buscar una autonomía vital respecto de su tío (Eduardo), está refrendando sus pergaminos. La Próspero está bastante llena (unas 8 mil personas) y el tucumano de sangre siria hace que de su guitarra desgrane una belleza sin pretensiones... algo así como un universal de la belleza. De negro, sobrio y solo, sentado bien adelante en la escena, toca una versión libre de “Chacarera del ‘55” y demarca terreno: “La tocábamos cuando en Tucumán había sueños de futuro, antes que venga esa larga noche oscura. Ahora, el señor de esa larga noche está siendo juzgado y espero que sea correspondientemente castigado”, dice, como introito a la pieza. El señor de la larga noche es Bussi, claro, y sucede un ensamble de zambas calmas, mágicas en su introspección, cuyo disfrute pleno se torna casi utópico. Pasa el vendedor de gaseosas y agua a los gritos, una tía le cuenta a la sobrina que fue al río y vio un pato nadando (y encima con el volumen a diez), dos hombres hablan de lo saladas que estaban las empanadas de ayer, y otro adoctrina a sus hijos sobre fútbol: “Palermo no puede dejar nunca Boca, porque si pasa eso estamos en el horno”, vocifera. Sí, Falú es adorado en Cosquín, y media plaza pagaría un plus por el silencio, pero el ¡shhh! colectivo no alcanza ante tanta minoría molesta... Larralde tenía razón, al cabo, cuando no tocó más por la misma razón.

Detalle –no menor– al margen, Falú se despidió con una poesía hecha música de Pepe Núñez (“Zonko querido”) y le habilitó a Raly Barrionuevo un contexto afín, al menos alineado con lo genuino del arte más que con la ensalada de estrellas. Raly a dos bandas. El hombre de Frías intercala la de sus amigos de pueblo, con la que grabó Radio AM, su seminal último disco. Visita en calma “Luna cautiva”, invita a su musa Elvira Zeballos y, con esta señora venerable al piano, ensaya una intensa versión de “Chacarera del sufrido”, de los Hermanos Abalos, y la popular se desvive en aplausos mientras varias parejas discuten con la gente de vigilancia porque no les permiten bailar en el hueco que hay entre la primera fila y el escenario. Sobrevienen “Zamba de usted”, de Ariel Ramírez; “La pulpera de Santa Lucía”, la ranchera que el friense (re)personaliza con su voz, y una zamba que escribió a los 18 años. “Dos años antes de hacer este tema, yo había participado en el Pre-Cosquín de Río Hondo con la delegación de mi pueblo. En general fue bastante bien, pero yo no pasé el primer nivel y me acuerdo de que le dije a mi hermano: nunca más voy a ir a Cosquín, a menos que me inviten... Bueno, acá estoy.”

“Zamba y acuarela”, una de sus composiciones más hermosas, terminó en el primero pedido de bis. Raly accedió con “Somos nosotros” mediante y un derrotero de imágenes con sus “peregrinos de la amada libertad” a sus espaldas: Piazzolla, Spinetta, El Che, Mercedes Sosa, Gardel, y el público de pie. Aplausos rabiosos y gran complicación al final. El locutor no puede pilotear una situación que se desmadra. La plaza entera pide otra vez a Raly. Raly se va y le cierran el telón. El locutor recibe órdenes contradictorias. Primero pide perdón y, por boca de tercero, claro, no cede. Después dubita. Y finalmente, cuando Carla Guzmán –otra ganadora del Pre-Cosquín– se dispone a empezar, el grito en el mic devino en estallido. “La comisión entendió el reclamo popular”, dijo Fabián Palacios y Raly compartió su “Chacarera del exilio” con la joven tucumana y su guitarrista. El gentío se calmó y le dio pista a esta flautista sorprendente. Nacida y criada en Banda del Río Salí (Cruz Alta), salió a flote de una partida difícil. Incluso cautivó con “La olvidada”, la chacarera de Yupanqui, pasada a idioma de traversa. Potente traversa.

Guzmán no desentonó con la impronta de una noche pareja, de las buenas. Tampoco la delegación de Santa Fe que, de no haber sido por lacerantes acoples, hubiese mostrado mejor su puesta sinfónica y juvenil de Mujeres argentinas, la obra madre de Félix Luna inmortalizada por Mercedes Sosa. Tampoco Suna Rocha, que bien temprano y después de una de esas excepciones que confirman la regla cuando la luna da positiva (Los Huayras), revivió, igual que Jairo, a Yupanqui a través de “Yo tengo tantos hermanos”, mostró el estupendo huayno de Luzmila Carpio (“La alegría de los niños”) que abre SOS Agua, su último disco, y revisitó una chacarera vieja (“Las abuelas del campo mío”, de Carlos Di Fulvio) con sonido nuevo. Emiliano Zerbini, el cordobés criado en La Rioja, le puso onda a través de “No se toca” y Jairo, dispuesto a cerrar la noche, mantuvo cautiva a la plaza con sus consabidos paseos yupanquianos (“Cerro Colorado”, “Yo tengo”) y un puente al Litoral –que también tuvo su lugar con Tarragó Ros, Las Hermanas Vera y Los de Imaguaré– llamado “Pueblero de Alla’ité”, la perla del Pocho Roch.

Luna, la sexta, con una lógica interna que fundió música, poesía, compromiso y diversidad. Y cumplió, casi orgánica, con el homenaje a los poetas que la abrió y en el que Estela Carlotto abrazó a los vates del encuentro, Cardenal, el imprescindible nicaragüense, entre ellos.

miércoles, 26 de enero de 2011

Cosquín 2011

Las siguientes son unas reflexiones escritas en 2006, pero que aún parecen tener actualidad:

SÓLO ES ARTE LO QUE CREA

“El verdadero lujo se hace a mano”
Juan Bialet Massé

Por estos días, en esta ciudad –y sospecho que en todo el país- se da un auge de la construcción de viviendas. El hecho, de por sí beneficioso para un país que ha sido devastado en su aspecto social por políticas generadoras de desempleo y pobreza, tiene sin embargo un costado lamentable.
A diario observamos la demolición, es decir la destrucción sin orden ni criterio, de casas antiguas, sólidas y bellas, en muchos casos con valor histórico; para dejar paso a edificios que bajo ningún punto de vista las igualan en calidad estética ni funcional. Las nuevas construcciones se realizan empleando materiales actuales que, como sabemos, no han sido creados para beneficio de los futuros moradores de aquellas unidades sino más bien para aumentar el lucro de los constructores.
Algo muy similar sucede en el campo de la música popular argentina, donde se ha puesto de moda entre los músicos y cantantes dedicarse a hacer versiones de temas clásicos –ya sea de música ciudadana o de raíz folklórica- para lo cual acuden a “arreglos” que son, en la inmensa mayoría de los casos, una destrucción total de la forma y del contenido de esas canciones, amén de que también constituyen una falta de respeto a los autores y compositores de las mismas.
¿Por qué se obra de este modo? Podríamos decir que es porque faltan talento y creatividad. También porque la audacia alcanza para canibalizar la obra ajena, pero no para asumir el riesgo de crear la propia. Pero no estaríamos equivocados si además dijéramos que se procede así porque se busca al éxito económico seguro e inmediato, porque se persigue la obtención de réditos sin asumir riesgos.
En esta defraudación, hay cómplices. Más que cómplices, partícipes necesarios. Son los periodistas y los [multi] medios de difusión. Aquéllos, porque han declinado su función crítica y se han convertido en meros agentes de prensa de los artistas, muy probablemente a título oneroso.
Éstos, porque saturan al público con la difusión, como sucede en este momento con el nuevo disco de Diego Torres, y sucedió antes con Soledad, Los Nocheros y el Chaqueño Palavecino. Así debemos soportar que en las dos únicas radios temáticas de Buenos Aires dedicadas a la música argentina, nos pinten como “geniales creaciones”, por ejemplo, al despanzurramiento del hermosamente simple vals de Pedro Datta “El aeroplano”, por parte de un músico cuyo nombre no recuerdo; o la chabacanería del grupo platense “Los Jíbaros” (sic) que mecharon el sonido de un serrucho como alegoría de un coito en su versión de la “Chacarera de las piedras”, de Yupanqui. El inconsciente ha traicionado a estos achicadores de cabezas musicales al momento de dar un nombre a su pandilla, al igual que aquellos músicos que han titulado “Demoliendo tangos” a su espectáculo.

No soy Jesús para echar a los mercaderes del templo. Pero como los oídos, mentes y corazones de cada uno de nosotros son templos que merecen ser respetados, los invito a no dejar entrar en ellos a estos mercaderes, y sí a hacerles un lugar a los verdaderos artistas: los que crean obras o los que interpretan las ya creadas sin destruirlas.


Buenos Aires, 29 de julio de 2006

martes, 4 de mayo de 2010

Un artista plástico define qué es identidad cultural

Daniel Santoro, pintor, escultor, escenógrafo, pero ante todo hombre con compromiso social y político, explica clara y sencillamente cómo evitar que la globalización y la colonización cultural se coman y desplacen a las culturas nacionales y regionales.

lunes, 22 de marzo de 2010

24 de marzo: Música para la Memoria

Las voces hermanas (Javier Zentner)



Cielo del amor (Hamlet Lima Quintana-Enrique Llopis)



Fogata del aparecido (Armando Tejada Gómez-Chacho Echenique)

jueves, 18 de marzo de 2010

Señores periodistas

Señores y señoras Biasatti, Santillán, Bonelli, Silvestre, Tenembaum, Zlotowiagda, Carnota, Kisrschbaum, Van der Kooy, Castro, Ruiz Guiñazú, Majul, Leuco, Eliaschev, Andino, Gutiérrez, Sietecase, Montenegro, Otero, Maciel, Salomone, Carnota y otros menos conocidos pero que ocupan espacios en canales y canaletas de televisión y radios...
¿Qué sienten cada mañana al mirarse en el espejo?
¿Qué sienten cuando en los videos de archivo de 6, 7, 8 se los muestra mintiendo abiertamente, o contradiciendo lo que afirmaron antes, o aplaudiendo lo que antes criticaron, o rechazando lo que antes pidieron? ¿Qué sienten al hacer un periodismo servil, sin tener la libertad de invitar a sus programas a quienes se les antoje? ¿No se avergüenzan de recibir semana a semana a los mismos invitados (Carrió, Solanas, Morales, Macri, la Mesa de Enlace, Solá, De Narváez, Estenssoro, Iglesias, Pérez)?
¿No les da asco de sí mismos? ¿No les da ganas de devolver los premios que les otorgaron?
¿No les dan vergüenza los discursos que pronunciaron sobre la libertad de opinión, sobre la independencia periodística al recibir esos premios?
¿No les da remordimiento pensar que mañana van a tener que explicarle a sus hijos, a sus nietos o a sus sobrinos el proceder propio de plumíferos, de amanuenses, de cipayos, que están ejerciendo a la vista de sus compatriotas?
¿Acaso piensan que cuando este golpe de estado político-mediático del que son engranajes fracase, les será suficiente pedir perdón o decir “Nos equivocamos”, como hizo la revista GENTE después de haber apoyado a la dictadura militar?
¿Acaso piensan que, después de haber sido mascarones de proa de toda esta movida destituyente, sus compatriotas los vamos a perdonar? ¿Que vamos a seguir tolerándolos en nuestras pantallas y receptores, que vamos a seguir leyéndoles?
¿En aras de qué han rifado algunos de ustedes sus prestigios? Es increíble que lo hagan sólo por dinero. Esos prestigios están ahora en cuestión, ya casi no les queda tiempo para rectificarse. Han perdido credibilidad, porque no están oponiéndose a un gobierno dictatorial. Están oponiéndose a un gobierno democrático y popular, están defendiendo a los poderosos en contra de los débiles, están embarcados en una mala causa. Porque han dejado de lado la ética, han echado mano a la mentira y la difamación. Porque, en definitiva, están traicionando a su pueblo y de la traición, no se regresa.

domingo, 21 de febrero de 2010

Cuando la ley se equivoca

Diario Página 12 - Suplemento Espectáculos - Domingo, 21 de febrero de 2010

LOS DERECHOS DE LAS COMPAÑIAS DISCOGRAFICAS SE PROLONGAN DE 50 A 70 AÑOS

Cuestiones sobre el dominio público

La nueva ley no fija ninguna responsabilidad para los sellos respecto del material cuyo derecho invocan. Especialmente para aquellos discos que mantuvieron durante años fuera de catálogo.


Por Diego Fischerman

La Cámara de Diputados convirtió recientemente en ley un proyecto presentado por el Senado, que prolonga de 50 a 70 años los derechos de las compañías fonográficas sobre los discos que alguna vez editaron. La ley hace pensar, inmediatamente, en el triunfo de propietarios legales sobre inescrupulosos usurpadores, en la protección a las ediciones “oficiales” por sobre las “piratas” y, obviamente, en el respeto a la obra de los artistas en lugar del más salvaje de los saqueos. Y así fue festejada por destacados músicos. En los fundamentos se dice, por ejemplo: “Un caso claro y paradigmático es el primer álbum fonográfico interpretado por Mercedes Sosa, titulado La voz de la zafra, publicado en 1961, que caería en el dominio público en el inminente 2011, si la legislación no fuera modificada como aquí se propone”. Y, más allá del error en cuanto a los alcances de la ley anterior (el disco habría entrado en el dominio público en 2012, una vez que los cincuenta años desde su edición original se hubieran cumplido), el ejemplo propuesto por el senador José Pampuro es paradigmático, aunque por razones sumamente diferentes de las enunciadas.

Si el senador hubiera conocido algo sobre el tema, se habría percatado de que la nueva ley prolonga los derechos de la compañía que, precisamente, mantuvo ese disco fuera de catálogo durante la friolera de cuarenta y ocho años. Un período que, por otra parte, podría presumirse mucho más largo si la muerte de Mercedes Sosa no hubiera llevado a los directivos de Sony a rebuscar en su catálogo el único disco de esa cantante que había sido editado (y nunca vuelto a publicar) por RCA, de la que es actual propietaria. En los fundamentos se mencionan también los primeros discos de Sandro (parece que veían venir el negocio), de Palito Ortega y Violeta Rivas. El problema es que la ley, que nada tiene que ver con los derechos de autor, es la mera extensión de un contrato (un convenio entre dos partes) aunque, en este caso, con una sola parte contemplada. Es decir que no fija, para las casas discográficas que presionaron para retener los derechos sobre unos pocos títulos y artistas a los que asignan valor comercial, ninguna responsabilidad ni deber con respecto a ese material pero, sobre todo, a aquel que no reviste para ellos ningún interés pecuniario pero forma parte del patrimonio cultural de la humanidad.

No cabe mucha duda de que los sellos seguirán editando a Sandro, al Club del Clan y, dentro del tango o el folklore, a Los Chalchaleros, a Troilo, a D’Arienzo y alguno más. Pero, de no haber ninguna ley complementaria que establezca los deberes que esa extensión del derecho debería conllevar, las consecuencias de la ensalzada norma serán la desaparición del mercado de todo aquello que los sellos jamás quisieron reeditar. Sin una reglamentación complementaria, la nueva legislación derivará en la convalidación del derecho de las compañías a no editar determinados discos y en la imposibilidad de obtenerlos por parte de los potenciales interesados. Una somera evaluación de antecedentes revela, por ejemplo, que Universal, actual propietaria de Philips, nunca editó en CD la mayoría de los discos originales de Mercedes Sosa, mantiene fuera de catálogo el segundo volumen de la Historia del Tango por Astor Piazzolla, tiene inédito su Veinte años de vanguardia con sus conjuntos desde hace nada menos que cuarenta y seis años, y jamás publicó el Romance de la muerte de Juan Lavalle, de Eduardo Falú y Ernesto Sabato. EMI nunca editó en CD los discos originales del Sexteto Mayor y relegó las geniales grabaciones de Troilo para Odeón a un disco llamado From Argentina to the World, donde no se consigna absolutamente ninguna información y, para peor, de las 24 piezas registradas por la orquesta entre 1957 y 1959 incluyó, arbitrariamente, sólo 20. El dominio público es el de todos. El que acaba de refrendarse, si no se lo corrige de alguna manera, será el del perro del hortelano.