No sé si debo aclarar que estoy a favor de la política de medios del gobierno de Cristina Fernández. Y que también lo estoy respecto de la liberación de las transmisiones televisivas del fútbol.
Pero no me agrada el regreso del Sr. Araujo a los relatos. Mejor dicho, no me agrada que haya retornado a la televisión pública sin haberse desprendido de sus groserías, sus modales chabacanos, sus alusiones vulgares.
Aún menos me agrada que se lo llame "Relator del Pueblo". No sólo me parece una exageración y un sin sentido: me parece un calificativo irritante que sin duda será tomado por los enemigos del modelo para atacar al gobierno y en particular a la Ley de Medios que tratará el Senado.
Señores funcionarios: a ponerse las pilas. En momentos como éste, hay que cuidarse mucho de lo que se hace, de lo que se dice, de lo que se omite hacer y de lo que se permite hacer.
domingo, 20 de septiembre de 2009
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