miércoles, 11 de marzo de 2009

El fútbol también es folklore

Y ya que todos hablan, ¿por qué no voy a hablar yo?


Juan Román Riquelme es un jugador distinto. No me refiero sólo al juego: me refiero a su personalidad, a los hechos de su vida que han tomado estado público. No es amigo de los reportajes, es un tipo reservado, hasta tímido, al que le costó mucho adaptarse al contacto con los periodistas. No es amigo de los medios, su vida privada es eso, privada (¿alguien sabe cómo se llama su esposa?), no se le conocen adicciones, aunque podría ser adicto a la Coca-Cola. No se sabe que haya andado con malas compañías, ni con vedettes de cuarta, ni con modelos tiragomas. Ni se le ocurriría meterse a conductor de programas ridículos de TV, ponerse ropa extravagante, hacer ese exhibicionismo berreta al que Maradona y el común de los futbolistas actuales es tan afecto.

Para muchos, Juan Román atrasa: le gustan sus amigos de siempre, los de Don Torcuato, le gusta comer asado, respetar a sus padres -a quienes siempre tuvo muy en cuenta al tomar sus decisiones, incluso abandonar la Selección-, salir a la cancha con sus hijos o sobrinos, ganar torneos con las camisetas de Argentina o de Boca y fundamentalmente le gusta repetar y hacerse respetar. No sé cuántas veces salió expulsado de un campo de juego. La única que recuerdo es cuando le dio una hermosa piña a un marcador mediocre que para frenarlo le metió un dedo en el culo.

Linda imagen ésta: a Román nadie le mete el dedo en el culo sin recibir su castigo, aunque al mismo tiempo el castigo también caiga sobre él.

Maradona habló -siempre habla- y habló de más, casi siempre habla de más. Maradona no tiene códigos, ni límites, ni nada. Su vida es la prueba de una desmesura que exime de todo comentario. Y tiene ahora de ladero a otros desmesurados: Bilardo, un delirio desmesurado. Los jugadores "de exportación", que se creen el último huevo del pic-nic, unos egos desmesurados. Los dirigentes de la AFA, desmesuradamente extraviados para poner en manos de un chofer enceguecido e inexperto el ómnibus de la Selección. Como jugador, con Villarreal, Boca o la Selección Nacional, Riquelme ganó todo, excepto un Mundial de Fútbol. Como técnico, Maradona no ganó nada más que dos amistosos.

¿Qué se le achaca a Riquelme? ¿Por qué tiene "viento en contra" entre sus compañeros de equipos, entre los entrenadores, entre los periodistas y entre el público que sólo mira, escucha y lee a estos últimos? Porque es distinto, porque no encaja en la manada -mejor digamos la piara- que se presta al manoseo indecente del periodismo, porque no cedió a la seducción malévola de las mujeres fáciles, porque no pisa el palito de la declaración escandalosa que da de comer a los vende humo de los medios y programas deportivos. Por eso.




1 comentario:

MorganLeo dijo...

Coincido 100% Emilio, por eso es que los medios le dan cuerda a los maradonas, de ellos llenan paginas con montones de pavadas, que si se pinto la uña, que si salio con fulanita, etc.
Todo es un comercio, y los Riquelme no les dan letra para llenar paginas de pavadas.
Desgraciadamente es mejor negocio y se venden mas, las pavadas que un escrito con contenido, una poesia, una aventura o un ensayo. Un abrazo