jueves, 18 de marzo de 2010

Señores periodistas

Señores y señoras Biasatti, Santillán, Bonelli, Silvestre, Tenembaum, Zlotowiagda, Carnota, Kisrschbaum, Van der Kooy, Castro, Ruiz Guiñazú, Majul, Leuco, Eliaschev, Andino, Gutiérrez, Sietecase, Montenegro, Otero, Maciel, Salomone, Carnota y otros menos conocidos pero que ocupan espacios en canales y canaletas de televisión y radios...
¿Qué sienten cada mañana al mirarse en el espejo?
¿Qué sienten cuando en los videos de archivo de 6, 7, 8 se los muestra mintiendo abiertamente, o contradiciendo lo que afirmaron antes, o aplaudiendo lo que antes criticaron, o rechazando lo que antes pidieron? ¿Qué sienten al hacer un periodismo servil, sin tener la libertad de invitar a sus programas a quienes se les antoje? ¿No se avergüenzan de recibir semana a semana a los mismos invitados (Carrió, Solanas, Morales, Macri, la Mesa de Enlace, Solá, De Narváez, Estenssoro, Iglesias, Pérez)?
¿No les da asco de sí mismos? ¿No les da ganas de devolver los premios que les otorgaron?
¿No les dan vergüenza los discursos que pronunciaron sobre la libertad de opinión, sobre la independencia periodística al recibir esos premios?
¿No les da remordimiento pensar que mañana van a tener que explicarle a sus hijos, a sus nietos o a sus sobrinos el proceder propio de plumíferos, de amanuenses, de cipayos, que están ejerciendo a la vista de sus compatriotas?
¿Acaso piensan que cuando este golpe de estado político-mediático del que son engranajes fracase, les será suficiente pedir perdón o decir “Nos equivocamos”, como hizo la revista GENTE después de haber apoyado a la dictadura militar?
¿Acaso piensan que, después de haber sido mascarones de proa de toda esta movida destituyente, sus compatriotas los vamos a perdonar? ¿Que vamos a seguir tolerándolos en nuestras pantallas y receptores, que vamos a seguir leyéndoles?
¿En aras de qué han rifado algunos de ustedes sus prestigios? Es increíble que lo hagan sólo por dinero. Esos prestigios están ahora en cuestión, ya casi no les queda tiempo para rectificarse. Han perdido credibilidad, porque no están oponiéndose a un gobierno dictatorial. Están oponiéndose a un gobierno democrático y popular, están defendiendo a los poderosos en contra de los débiles, están embarcados en una mala causa. Porque han dejado de lado la ética, han echado mano a la mentira y la difamación. Porque, en definitiva, están traicionando a su pueblo y de la traición, no se regresa.

No hay comentarios: