viernes, 24 de febrero de 2012

VIA LIBRE A LA RIQUEZA


La imagen de arriba es un aviso aparecido en el número 4 de la revista "Folklore" en agosto de 1961, cincuenta años atrás, cuando Arturo Frondizi puso en práctica el Plan Larkin dando inicio al desguace de los Ferrocarriles Argentinos con el levantamiento de 14.000 km. de vías férreas y el despido de miles de trabajadores. Fue el precio pagado para que -entre otras cosas- se instalaran en el país las industrias automotrices.

Con verdades a medias y mentiras totales el aviso, firmado vergonzosamente por el Ministerio de Obras y Servicios Públicos, inducía a los trabajadores ferroviarios a renunciar y dedicarse a actividades -según el gobierno o sus asesores- más rentables y productivas. Nótese el slogan final,"Vía libre a la riqueza", y el tamaño de su tipografía, mucho mayor que la del firmante del aviso.

Nuestros ferrocarriles ya eran enanos deficientes y peligrosos cuando Neustadt, doña Rosa y el innombrable riojano a través de Dromi les dieron el golpe de gracia. ¡Cincuenta años! ¡Cincuenta años de destrucción sistemática y aviesa a la que no estuvieron ajenos gobiernos democráticos, de facto, liberales, desarrollistas, radicales y pseudo peronistas! ¡Tampoco los sindicalistas ni los empresarios, ni el propio público usuario!

¿Seguiremos siendo tan poco inteligentes como para pensar que todo se arreglará mágicamente con la reestatización? Dicho de otro modo ¿seguiremos siendo tan pelotudos como para creer que la mano de obra especializada, los talleres, las estaciones, los rieles, los cambios, los puentes, túneles y viaductos, los sistemas de señales y de comunicaciones, los vagones de carga, de pasajeros, las locomotoras, los silos, galpones, guinches y todo, todo lo demás, volverán a aparecer y a funcionar mágicamente con sólo ponerles la escarapela nacional?

¿O comprenderemos de una buena vez que lo destruído en décadas necesitará más decadas para ser recontruido?

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