En esta semana que termina, la música popular argentina perdió a dos grandes pianistas, dos grandes tipos. Talentosos, inteligentes, cálidos, ambos con un gran sentido del humor. Si las almas que mueren van a algún lugar, ese lugar debe estar de fiesta al recibir las de estos dos excepcionales artistas y seres humanos: Emilio De la Peña y Eduardo Lagos. Nos quedamos sin ellos, pero con los bellos testimonios de su arte. ¡Hasta siempre, maestros!
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