jueves, 10 de marzo de 2011

Saluzzi: más reflexiones sobre el folklore y la cultura

Dice lo suyo Dino Saluzzi
“Es una injuria severa lo que se me ha hecho”

Para los de más de cincuenta, Saluzzi es un emblema de la cultura salteña. Sus paisajes sonoros, poblados de melancolía abren senderos que enaltecen a los tres géneros de la música popular.



Dino Saluzzi es bandoneonista, compositor. Cultiva el respeto hacia la música como pocas veces se ha visto sobre algún escenario. Nació en 1935 en Campo Santo y a los siete años ya ensayaba melodías con el fuelle.

Para los de más de cincuenta, Saluzzi es un emblema de la cultura salteña. Sus paisajes sonoros, poblados de melancolía abren senderos que enaltecen a los tres géneros de la música popular.

Con todo, los más jóvenes, tal vez no conozcan su arte y otros -no adrede- no lo comprendan como para escucharlo en silencio.

Así, luego de veinte años de ausencia, el músico retornó al escenario Payo Solá, pero el público de la Serenata a Cafayate lo silbó y él se retiró tras jurar que no volvería a pisar un escenario folclórico.

Tal vez en él se cumpla la frase que reza que ‘nadie es profeta en su tierra‘ o tal vez no. Luego de aquel desafortunado 18 de febrero, Saluzzi dialogó en exclusiva con El Tribuno. Dio su visón de los hechos, habló del público, los organizadores y su pasión por la música.

‘Creo que lo que sucedió durante mi actuación fue una cosa preparada. O sea, me tendieron una trampa. Porque empezaron los silbidos y no sabían ni siquiera qué estábamos tocando. Ése es el principio de la cosa.

Pero esto ya pertenece al pasado y yo he revertido la situación. En el sentido de que nunca imaginé que yo tuviera tantos adeptos. Me has escrito mails de apoyo y amistad desde Europa, Estados Unidos o Venezuela. La gente no come vidrio. Sabe. Y separó la paja del trigo. Esto me alienta muchísimo porque hay gente a la que realmente le interesa y respeta las músicas que da nuestra patria. Para mí fue absolutamente positivo‘. En un tono reflexivo el músico analiza los tristes hechos que lo tuvieron como protagonista y recalca:

‘Tengo -por supuesto- el dolor de ser rechazado, pero la convicción de que uno hace las cosas y la gente no tiene la obligación de apoyarlo o no apoyarlo. Y en Cafayate eligieron algo que no va conmigo. Porque yo soy un músico, no soy un folclorista. En mi trabajo, tomo la música del folclore; la desarrollo y trato de que eso sea una obra artística. Eso me quedó muy claro‘.

-Tal vez el público de los festivales no está acostumbrado a música de esa profundidad

Más que la preparación del público, es la idoneidad de quienes organizan, con el dinero del erario público -no con su dinero personal, por supuesto, sino con el dinero que da el gobierno-, han demostrado que muchas veces se confunde todo por falta de idoneidad. No son personas malas. Son personas ignorantes que no saben qué tienen que hacer, no conocen nada. Entonces juntan todo y amontonan todo. Eso no es posible. La música, principalmente tiene que tener un ámbito donde no pierda valor y donde la música esté representada por músicos. Porque si son todos cantores -ni siquiera cantantes-, cantores de peña -de vinito, de carnaval y todas esas cosas-yo estoy muy al margen de eso.

No me gusta ver a la gente enajenada por el alcohol o ebria, me da pena. Yo he tenido un problema familiar muy grande con respecto del alcohol. El lugar donde se vende alcohol y se hace música ya deja de ser un ámbito propicio para la música. Porque la música es el producto del pensamiento y del trabajo, es un elemento muy importante que sirve para la educación de las personas. Cuando eso no está en manos de gente que sabe. Creo que hay que acomodar las cosas, en el buen sentido.

Considero, incluso, que Cafayate puede llegar a ser un festival de bastante importancia, pero tiene que estar hecho por gente que sabe. Lo mismo Cosquín. La gente confunde quiénes son músicos. Habría que tener un poco más de respeto para la música. Si dicen ‘folclore‘ y la gente va y se divierte, baila, come, chupa, está en todo su derecho. Nadie puede oponerse a ello. Sucede que la música tiene que tener un ámbito especial. Es indudable.

Porque ya sabemos que en lugar de ser una muestra de lo que sucede en el acervo musical y en la cultura popular del país, son un borracherío. Ya no se escucha ni una zamba.

-Muchas veces se quiere homenajear a los grandes, pero se recae en formas equivocadas ¿cree que eso sucedió con usted?

No sé. El gran problema de la música argentina es el festival folclórico. Porque generalmente se hace como una bacanal. Entonces ninguna de las cosas que son el resultado del trabajo de esos muchachos que se dedican a hacer esa media música que es el folclore es apreciado en su verdadera dimensión.
Parece un certamen incomprensible, una cosa rara. Se ha cometido un error -a mí se ocurre- con fines políticos. Porque todas las canciones que se escuchan son una aberración literaria. Es mucho lo que se ha dañado con eso. Se ha promovido el facilismo. Se ha demostrado que se puede juntar a 20 mil personas aplaudiendo una cosa que no tiene absolutamente ningún valor.

-¿Por qué cree que ocurre que sucede eso?

La labor de educación, de la formación de la juventud argentina, queda relegada a un segundo plano. Porque no se tiene información.

Por ejemplo, ahora van a comenzar las clases. Las autoridades no piensan que generan un ejemplo peligrosísimo para la juventud. Porque la juventud va a concurrir a clase, habrá aumento de salarios para los docentes, pero lo más importante es insistir y encontrar la manera de incentivar el estudio y la dedicación. Los chicos van al colegio y no estudian nada, por todo este tipo de ejemplos.

Yo estoy a punto -voy a tratarlo con mi abogado- (no es una amenaza sino que yo quiero ver si puedo seguir ayudando a las buenas maneras en la educación) hacer una demanda a la municipalidad de Cafayate por injurias. Es una injuria severa lo que se me ha hecho.

-Usted hablaba de la importancia de la educación y todo artista responsable es docente, en tanto muestra maneras de ver el mundo

Una persona que, de alguna manera, accede a la música; accede también a su sensibilidad. La sensibilidad apunta hacia la fraternidad y -por qué no decirlo, aunque está muy bastardeada la palabra-al amor, al respeto, las buenas maneras desde todo punto de vista.

Saluzzi explica: ‘los directores de cultura tienen que dejar de cobrar el sueldo y estar sentados haciendo tonterías, tienen que dedicarse a trabajar por la comunidad. Los directores de cultura son las personas que toman el pulso, no solamente al académico, al que estudia en el colegio secundario, sino a toda la población.

En ese aspecto, el director de cultura, educación o turismo no está trabajando bien, el escenario de Cafayate tiene problemas de construcción bastante serios. Ahí cualquier día va a haber un accidente grave. Es un desastre para la protección de las personas‘.

El bandoneonista recuerda la frase con la que abandonó Cafayate y asegura: “Si bien dije no piso más un escenario folclórico, no quiere decir que me ausente de la música folclórica. El folclore ha servido de inspiración para toda la música del mundo. Es el germen de la gran música -así como lo es el tango y la música del Litoral-, pero necesita pasar por manos de músicos. Nosotros perdemos lo esencial. La música queda sin geografía. Se ha perdido la raíz por culpa de los depredadores. Todos cantan, pero son pocos los que han estudiado música. Todos cantan y cantan de una manera sospechosa, desafinada, con letras absurdas. Hay una falta de respeto al ‘Cuchi‘ Leguizamón, a Falú, a Perdiguero, al Payo Solá, a Marcos Tames, a José Lo Giúdice, músicos que fueron de Salta”.

-¿Existe una tibieza, una falta de compromiso en los compositores actuales?

Sí, es por la falta de conocimiento. Hay que investigar muchísimo para hacer música argentina. Sobre todo porque se retuvo la música en Ginastera, en los Castro. Manolo Juárez, el Negro Lagos, fueron personas que se ocuparon de estudiar y fueron responsables con lo que hacían. Estos chicos de ahora piensan sólo en el aplauso y en el griterío de la gente. Hay una gran confusión y no sé lo que va a pasar. Yo tengo grandes esperanzas, sigo peleando por el folclore y por la música argentina.

Finalmente, recobrado del dolor por el apoyo de sus admiradores, Saluzzi habla de su pasión: “La música es el resultado de la razón y el discernimiento. De la captación de los sentires profundos del alma, de la percepción de los avisos o mensajes de las cosas inanimadas que nos acompañan, de los movimientos de la naturaleza y los astros, de las energías que empujan para salir y que están en nuestro pasado y estarán en nuestro futuro. Viene de la necesidad imperiosa de un remedo para una realidad eternamente adversa. De una ventanita de luz al misterio de la vida, de la esperanza de encontrar de a poco, en la oscuridad, la montaña que nos lleva a la paz de la paz.”

Nota aparecida en http://www.eltribuno.info/salta/diario/2011/03/06/salta/201ces-una-injuria-severa-lo-que-se-me-ha-hecho201d
Los énfasis a las palabras de Saluzzi se los he puesto yo porque reafirman opiniones mías.

2 comentarios:

marcelo dijo...

tuve la suerte de conocer a Ariel Petrocelli y decirle en un descanso en el encuentro de poetas -hace unos 6-8 años, que estaba bien que no estuvieran sobre el escenario mayor, si se lo pensaba bien -aunque fuera doloroso. Para mí, que estuvieran los poetas incendiarios, sentidos, revolucionarios, profundos, sería sinónimo de algo profundo en la historia argentina.
esta cuestión de los funcionarios que saben o no saben, de estas internas violentas entre artistas: ¿no es paralela a la sociedad en que se vive y sus hábitos, vicios, etc?
Sálvese quien pueda, primero yo, acomodos...hace tiempo, tanto, ya , que se instaló esta cultura "salvaje" que, ¿no parece "idiosincrático"?
¡Viva la solidaridad!, pero... ¡Cuánto cuesta!
Onda positiva: no dejen de visitar Cielito LIndo, piano Bar en Los HOrnillos Traslasierra, córdoba, donde los artistas y el público "placentean" de lo lindo, sólo por andar nomás, juntándose a disfrutar del hermano...

marcelo dijo...

Gracias Emilio, conozco tu libro y es un lujo contar con ese patrimonio